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lunes, 5 de agosto de 2013

Strom y Jawa (Día 1)

El día comenzó temprano y, en mi caso, en Hendaya.

Salí de casa con rumbo a Logroño, donde debía preparar las maletas para el viaje.
Todo estaba un poco a medias, ni siquiera sabía si la tienda de campaña que me habían pedido en Decathlon había llegado y tampoco había comprado la esterilla.

La idea que teníamos para el viaje era aprovechar la gran capacidad de carga que tiene mi V-Strom (137 litros y eso que no tengo bolsa sobre depósito) y que nada  quedase "a la vista" en las distintas paradas.

Lo que hicimos fue lo siguiente (lo explico por si a alguien le resulta interesante la información):

- El top case (Givi Maxia 3 de 55 l.) quedaba vacío durante el viaje para poder meter en él los dos cascos, los guantes y el navegador en las pararadas y visitas.

- Una maleta lateral  (Givi e41) quedaba para que Toño metiese su ropa, saco de dormir y demás cosas personales.

- La otra maleta lateral (Givi e41 evidentemente) llevaba mi ropa y además mi esterilla , mi saco de dormir (no es este pero es similar) y la Tienda de campaña (finalmente llegó ya que estaba practicamente agotada)

Explico el material de acampada que llevaba porque personalmente me parece muy adecuado. Pesa muy poco y entra en la maleta lateral. Evidentemente Decathlon no me paga ni un duro.

Lo que también hicimos tanto Toño como yo fue dejar prácticamente media maleta lateral vacía (si, es posible) para meter en ellas las chaquetas de la moto. Hay que entender que viajamos en pleno mes de julio hacia el sur de la Península Ibérica.

De esta manera evitamos que la moto de Toño quedase como en la foto.

Scrambler cargada
Justo antes de que Toño llegara me acordé de la tarjeta verde del seguro (OBLIGATORIA fuera de España). Yo sabía que la tenía pero cuando fui a revisarlo... ¡Sorpresa! Estaba caducada. Intenté llamar a la oficina pero ya estaba cerrada así que me tocaba un "pequeño momento de estrés".

Nos vamos
Lo que se me ocurrió fue buscar y anotarme el número de telefono y la dirección de la oficina en Orense (nos pillaría de paso al día siguiente).

Sobre las 16 horas, oí el sonido familiar de la por aquél estonces Scrambler de Toño.

No iba a ser el día con más kilómetros del viaje pero sí el que más tarde salíamos así que cargamos la moto y sin perder más tiempo nos pusimos en marcha.


Este primer día teníamos como objetivo llegar lo más cerca posible del punto norte de la Península Ibérica: Estaca de Bares ( La Coruña).

Una de las premisas del viaje era no pagar ni un céntimo de peaje así que la ruta que hicimos fue esta:


Iba a ser un día de transición, con muchos kilómetros de autovía y ninguna parada para visitar.

Días antes, le había dejado a Toño el intercomunicador de María porque en su casco no tenía. Personalmente pienso que los intercomunicadores son excesivamente caros y no funcionan tan bien como deberían ya que tampoco me parece que sean lo más dificil del mundo tecnológicamente hablando. Eso si, dicho esto, también quisiera añadir que me parecen muy prácticos para el día a día en moto y casi imprescindibles para un viaje de este tipo.

Fijación de intercomunicador
El caso es que Toño estuvo haciendo pruebas de fijación al casco durante la semana anterior al viaje y tras varios prototivos, se decantó por el "discreto" modelo en plata que podéis observar en la foto.
¡Un trabajo fino y elegante made in Ausejo!

Bromas aparte, hay que decir que el intercomunicador fue y volvió sano y salvo y realizando su función. Ayudó mucho a que los kilómetros fueran más amenos y a la vez más seguros.

Salimos de Logroño con dirección a Burgos por la N-120. Hasta la capital burgalesa lo único destacable fueron las obras en el puerto de La Pedraja. Pasamos Burgos y tomamos la autovía hasta León, dónde las conversaciones por el intercomunicador hicieron algo más liviano el soporífero trazado de esta autovía. Antes de salir nos plantemos ir por carretera pero decidimos que era igual de aburrida y encima más lenta salvo que rodeásemos; lo que supondría una pérdida de tiempo.

Pasado León, hasta Astorga tomamos la carretera nacional para evitar el peaje entre ambas localidades. En ella coindicimos con otro motero que viajaba con camiseta en una R 1200 Gs Adventure y con el helicóptero de la Guardia Civil, que planeaba sobre nuestras cabezas recordando a ciertos pájaros de gran envergadura...

De nuevo nos topamos con unas obras que nos obligaron a parar. A mi izquierda la BMW y a mi derecha la Trimph. Qué pena de foto porque la imagen de los dos "barcos" colocados junto a la pequeña británica en la línea de salida tenía que ser cuanto menos chocante.

Enganchamos con la A6 dirección a Lugo y, pasado éste, el navegador nos engañó un poco. En lugar de guiarnos por la A8 hasta Villalba y luego por la AG64;  lo que hizo fue pasarnos el cruce y tomar la LU-70, que nos llevaría por pequeños pueblos hasta Xermade.

La verdad es que se agradeció dejar un poco la autovía y pisar carretera.
Llevábamos ya unas horas de viaje y el sol empezaba a perder intensidad, con lo cual la temperatura tambíen descendía.
Yo llevaba la chaqueta de cordura (aunque sin el forro) por lo que me era suficiente pero Toño llevaba una perforada de verano; lo cual sumado a la protección aerodinámica de su moto me hacía pensar que tendría algo de frío.
Parada técnica
Le pregunté por el intercomunicador pero no lograba oirme. Yo recibía perfectamente su voz pero el no oía nada.
¡Geníal, se ha estropeado mi intercomunicador!
Tras intentarlo unas cuantas veces decidí parar y así, además de ponerse algo de ropa si la necesitaba, pensábamos si ibamos a llegar hasta el faro o no.
Mientras Toño se ponía ropa, yo traté de solucionar el "problema" del intercomunicador. La solución fue sencilla: fue cuestión de subir el volumen en lugar de bajarlo.
Son cosas que pasan cuando no conoces bien un aparato que estas usando.

- Si vamos hasta el faro, llegaremos de noche.
-¿Y cuál es el problema?
- Por mi ninguno pero igual tienes frío o lo que sea.
- Pues eso, seguimos. El faro nos espera.

Toño nunca pone pegas, todo le parece bien y eso ayuda mucho a la convivencia. Ya nos conocíamos pero este viaje nos ha acercado mucho más. Sólo he hecho un par de viajes de varios días en moto y el otro fue con María, que también se adapta a lo que haga falta así que quizá estoy mal acostrumbrado y no me doy de verdad cuenta de lo dificil que es encontrar gente así.
Lleva una moto que objetivamente no es la más apta para estos viajes ni mucho menos y además tuvimos un tiempo que no fue tan caluroso como esperábamos. De hecho, hubo momentos de invierno propiamente dicho.

Tras la parada continuamos la carretera con dirección a Viveiro, ¡y qué carretera! Es una continua bajada con muy buen asfalto y curvas rápidas que resulta muy divertida.
A la entrada de este importante pueblo costero, donde ya era de noche, paramos a repostar. Habíamos pensado que para perder menos tiempo, llenaríamos el depósito los dos siempre que él lo necesitase.
Además de poner gasolina, compramos la cena (un sandwich para mi y una cerveza para Toño que finalmente quedarían para el día siguiente) y charlamos con la simpatica gasolinera llamada Silvia.
La pobre mujer no entendía para qué narices queríamos ir al faro si además de ser de noche no había nada que ver ni hacer. Nos propuso varios planes a su juicio más interesantes, incluso subir a un monte cercano a ver una hermita. Pero el mejor plan fue que nos pasásemos la semana siguiente, que había un concierto de Heavy o Hardcore o algo así, creemos que se refería a esto.

Cruzamos el pueblo y bordemos su ría por la bonita carretera que lleva, cruzando el río Sor, hasta Porto do Barqueiro. Desde allí, tan sólo unos pocos kilómetros más no llevaron hasta A Vila de Bares.

Estábamos llegando a un destino que ya lucía en la noche y, al igual que a tantos y tantos barcos, ahora nos guiaba a nosotros. Los dos conducíamos de pie, más por la emoción que por el estado de la estrecha carretera. Es inexplicable (e incluso casi absurdo recordándolo ahora) la emoción que sentí en ese momento. Llevábamos unas 8 horas en moto para llegar a un lugar en el que salvo la luz del faro no se veía mucho más pero me daba absolutamente igual. Yo estaba realmente contento.

Nos acercamos al recinto del faro para reafirmarnos en lo que para nosotros era nuestra proeza, habíamos llegado.


Pasado el momento de entusiasmo empezamos a pensar en que era muy tarde, noche cerrada y no teníamos ni idea de dónde podíamos tirar la tienda. Una tienda que por cierto, nunca habíamos montado.

Unos metros antes del faro había una pequeña esplanada junto a los acantilados donde había tres furgonetas aparcadas para pasar la noche. Nos pareció un buen sitio para montar la tienda así que así hicimos.
Tienda montada 
Era la hora de descansar, nos lo habíamos ganado...

viernes, 2 de agosto de 2013

Strom y Jawa (PRÓLOGO)

Como la historia de este viaje dará para mucho, he decidido dividirla en días y empezar con un prólogo que haga las veces de resumen.

Son muchas las anécdotas que me van surgiendo al pensar en este viaje. Una de ellas, es la que va a dar título a las entradas sobre el mismo.

Estábamos comiendo en Lisboa (bacalao como no) cuando al vernos con las motos, uno de los camareros se puso a conversar con nosotros:

- ¿Vais a Faro?
- Si, queremos llegar esta tarde.
- ¿Y desde dónde venís?
- Desde La Rioja aunque venimos dando un pequeño rodeo. Hemos pasado por el punto más al norte de la Península Ibérica y desde ahí hemos cruzado Portugal hasta aquí.

En ese momento nos mira y dice: "El de la japonesa irá bien cómodo pero el de la JAWA... Tiene que ser muy valiente, eso es un trasto".

Reconozco que hasta ese momento no conocía la marca de motos Jawa pero viendo la cara que se le puso a Toño me pude imaginar de lo que estábamos hablando. ¡INCREÍBLE! Monumental la rabia que le entro por dentro. ¡Su exclusiva neoclásica convertida en Jawa!

Bonito ejemplar de Jawa
Una vez explicado el nombre de la crónica, paso a poneros un mapa de la ruta, que fue algo así. Digo algo así porque hay sitios por los que pasamos y nisiquiera encuentro.



Ahora algunos datos:
  • 5 días de ruta.
  • 3 Países.
  • 3.600 km.
  • 49'5 horas de moto
  • 9'9 horas de moto diarias
  • 670 km. diarios.
  • 163'92 l. de gasolina consumidos.
  • 67'35 km/hora de media.
  • 0 euros en peajes.
  • Una multa.
  • Dos capitales europeas.
  • Punto Norte de la Penínsua Ibérica.
  • Punto Oeste de la Península Ibérica.
  • Punto Sur de la Península Ibérica.
  • Punto Centro de la Península Ibérica.
  • Punto más Occidental de Europa.
  • Casino más grande de Europa.
  • Concentración motera más grande de Europa.
  • Puente más largo de Europa.
  • Puente colgante más largo de Europa.
  • ...

Para acabar el prólogo quisiera decir que todo esto no hubiera sido posible sin la gran compañía de mi compañero y amigo Toño, con el que me entendí en todo momento.