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viernes, 5 de octubre de 2012

Venta de Goyo

Como estaba previsto y anunciado, el domingo 30 de Septiembre subimos a la Venta de Goyo a degustar un platito de caparrones.

Ya que subíamos solos nos lo tomamos con calma y aprovechamos la noche anterior.

Gasolinera del alto de la Grajera
A las 12:30 nos poníamos en marcha.
Como la pequeña tenía hambre tuvimos que pasarnos por la gasolinera del alto de la grajera para llenar el depósito.
Con el tanque lleno y viendo la hora que era, decidimos dirigimos hacia Tricio por la A12 para ganar algo de tiempo.
Tomamos la salida y enfilamos el camino a Anguiano. Destacar la cantidad de gente que había en Anguiano ya que a las 14 salían los famosos "Danzadores de Aguiano" y había incluso autobuses para verlos.
De Anguiano hasta el cruce del monasterio de Valvanera todo es disfrute, buena carretera y muuuuuchas curvas que, al haber trazado varias veces, me permiten ir un poco más alegre.

A partir del cruce del monasterio de Valvanera la carretera tiene bastantes piedras, piedritas y gravilla caída en los bordes de la carretera, una pena la verdad. Aún así me permití el lujo de adelantar un Audi TT RS negro mate (precioso)
Llegamos a la Venta de Goyo, aparcamos la moto y hacemos unas de fotos.
Piloto

Artillera

Terracita del bar (o el restaurante)

Después de aparcar entramos al bar con la idea de tomar algo y probar un platito de caparrones entre los dos ya que luego habíamos quedado para comer. Hasta aquí todo sencillo, ¿no? Pues resultó no ser tan fácil (y eso que días antes había llamado para asegurarme de que se podía tomar algo y comer un cacito de caparrones).
Entramos al bar, pedimos unos refrescos (como no me pagan no don nombres) y unos caparrones para compartir, una ración o como lo quiera llamar.
La conversación fue algo así:
- ¿Podría ponernos también unos pocos caparrones para probarlos?
- ¿Cómo?
- Un cuenquito o algo así. Es para probarlos nada más.
Me mira con pasotimo y me dice:
- Aquí no ponemos caparrones, eso tiene que ser en el restaurante.
- Ya, pero no queremos comer. Es sólo para probarlos. Llamé el otro día para comentaros que vendríamos con las motos y tomaríamos unos pocos. Me dijiste que no había problema.
- No se con quien hablaste pero los caparrones en el restaurante, abren en 10 minutos.

Esperamos un rato y pasamos al restaurante.
Cuando entramos no había nadie y alucinaron al decirles que sólo queríamos un plato de caparrones para compartir pero bueno, al final logramos explicarnos y pudimos comerlos.
Ahí van las pruebas.
Caparrones con guindilla

Le encantan los platos de cuchara

Yo pensaba que eran los mismos en el bar y en el restaurante pero la conclusión que sacamos es que no.

Total que con la barriga calentita y una sensación rara con respecto a la gestión del sitio nos fuimos bien contentos.
María saltaba y bailaba de alegría (y lo demuestro). Es un lujo compartir esta afición, y muchísimo más, con alguien tan alegre.

La vuelta fue tranquila y ya no pisamos la autovía.
En Anguiano la gente bajaba contenta de ver a los "Danzadores" aunque no tanto como nosotros...

Hasta aquí un ratito de moto para amenizar un domingo cualquiera.
Saludos

miércoles, 3 de octubre de 2012

Cumpleaños en Familia

Esta ruta la hicimos hace casi un mes pero como fue la primera que hicimos larga con la V-strom me hace ilusión que quede escrita.

Así medio de imprevisto, planeamos un fin de semana en el pueblo de mi tía, en la montaña Palentina con la excusa de que era el cumpleaños de mi prima.

María saldría desde Hendaya en el coche de unos amigos que también iban al pueblo y yo lo haría desde Logroño para encontrarnos en Burgos. La vuelta la haríamos los dos juntos hasta Hendaya en moto.
Esta fue la ruta que seguimos.



Ver mapa más grande
Así hicimos. Yo salí de Logroño dirección Burgos por la autovía A12 hasta que muere un poco después de Nájera. Desde allí, carretera nacional hasta Burgos.
Hacía mucho calor y había bastantes camiones pero la carretera es buena y las ganas de conducir una moto casi nueva puedieron más. Pasé el puerto de La Pedraja sin ningún problema y pasado Burgos llegué al punto de encuentro para esperar a los demás.

María estrenaba ropa de moto (su regalo de cumpeaños) y aunque hacía calor no dudó en enfundarse los guantes (de invierno), el pantalón de cordura y la chaqueta. De ahí directamente al pueblo. A disfrutar del fin de semana.

La vuelta amenazaba tormenta, eran unos cuantos kilómetros y el cielo estaba más que negro. Valientes (tampoco había más opción) decidimos ponernos en marcha.

Desde el pueblo de mi tía hasta juntarnos con la nueva autovía Palencia-Santander el camino transcurre por una carretera, por llamarlo de alguna manera, estrecha y con el asfalto muy deteriorado. La V-strom se traga los baches que da gusto...

Pasado Aguilar de Campoo (pueblo conocido por sus fábricas de galletas) nos metemos en la N-627. A ambos lados de la carretera se ven cortinas de lluvia en el horizonte y hacia ellas nos dirigimos, a una o a otra según va girando la carretera.
Cambiamos de carretera para tomar camino a Poza de la sal pero no nos quitamos la amenaza de lluvia. Todo sigue negro a nuestro alrededor aunque todavía no nos mojamos. A falta de unos kilómetros para Poza de la sal nos caen cuatro gotas, coincidiendo con un puerto corto pero bien revirado en bajada con tramos de obras y gravilla en las curvas que lleva hasta el pueblo. Dadas las circustancias, precaución y ritmo muy tranquilo para evitar sustos.
Nos sorprendió el pueblo y sobre todo sus salinas. Yo no tenía ni idea de su existencia.

De poza de la sal y de nuevo sin lluvia pero con el cielo amenazante de toda la ruta llegamos hasta Pancorbo pasando por el cruce de Frías, donde se supone había estado esa mañana una parte del foro "Desmotriumph" . Poco más adelante de Pancorbo entramos en la autovía que lleva a Miranda y la abandonamos para no pagar peaje. En Miranda paramos a estirar un poco las piernas y hacer la única foto del viaje (la que véis).

Un poco más de ruta y empieza a hacer frío. Estamos en Vitoria y paramos en una gasolinera a ponerle los forros a las chaquetas. En Tolosa empieza a caer esa típica agüilla que parece más que lluvia niebla pero al final moja. Sin más incidentes llegamos a Hendaya bien caída la noche.

En conclusión, un gran finde con la familia y amigos y una buena ruta en la que tenemos que dar gracias por haber librado la lluvia. Lo que debió caer a ambos lados de las carreteras que fuimos tomando.

Saludos.