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sábado, 1 de diciembre de 2012

Saliendo de la rutina

Este no iba a ser un martes más entre Logroño y Henaya. Tras unos días de lluvia, ese día lucía el sol. Estaba claro, era una señal. El otoño me brindaba la oportunidad de disfrutar de la carretera y yo no podía negarme. El origen y el destino estaban marcados así que no fue difícil elegir el trayecto:

Salida desde Logroño con dirección a Estella por la autovía. La intención era llegar hasta Estella para ganar algo de tiempo pero el cuerpo me pide marcha así que al llegar a Villamayor de Monjardín, le digo adiós al doble carril y tomo la salida.

El pueblo es muy curioso, siempre me fijo en él al pasar por la autovía y además tengo un grato recuerdo de cuando hice el Camino de Santiago. 
Desde allí hasta Estella la carretera discurre junto a la autovía.
Atravieso el núcleo urbano de este importante pueblo navarro y tomo la salida hacia el Valle de Yerri. 
La carretera no es mala aunque si estrecha y en ocasiones con curvas cerradas o en cambio de rasante. Al llegar a Muez, me encuentro justo al norte del Pantano de Alloz. Al ver la ruta pensé que vería el pantano puesto que pasaba muy cerca de él pero no fue así.

Un poco más adelante, otra sorpresa: Salinas de Oro.
El pueblo en sí no tiene nada que destacar pero justo al salir del mismo y pegadas a la carretera, te encuentras las salinas que supongo dan nombre al pueblo. Es curioso la cantidad de cosas que te encuentras simplemente con salirte de la autovía. Hemos ganado mucho, muchísimo en cuanto a seguridad y capacidad de desplazamiento; pero el precio que pagamos es perdernos todo lo que a su alrededor queda olvidado, esperando que alguien pase a despertarlo de su letargo.

Dejando las salinas atrás, comienzo a subir hacia el alto de Etxauri. Desde allí hay unas vistas preciosas de Pamplona y las montañas, con el río Arga a tus pies.





Bajo el puerto dirección a Pamplona hasta Ororbia, donde tomo la carretera que, prácticamente paralela al río, me llevará hasta Irurtzun.

Aquí la carretera es otra cosa, mejor asfalto, ancha y con curvas rápidas.

En su empeño por mantenerse junto al río pasa por lugares como el de la foto.
El tiempo se va echando encima por lo que al llegar a Irurtzun entro en la autovía para salirme en Lekumberri.

Tenía la intención de ir hasta el monasterio de "San Miguel de Aralar"  y volver pero no había buscado donde estaba exactamente. Pregunto a un hombre en el pueblo y  me dice que hay unos 17 kilómetros, los últimos de carretera "malísima". Que voy a tardar en ir y volver por lo que la noche se me va a echar encima.
Decido hacerle caso y cambio el plan: me desviaré a Tolosa ya que aunque se me haga de noche allí me da igual porque el resto es autovía.

Atravieso Lekumberri y al empezar la bajada que me llevará hasta el río Araxes me encuentro con una carretera que promete diversión. Asfalto perfecto, recién hecho y con curvas para aburrir. ¡Menuda gozada!

Comienzo a trazar las primeras curvas y me encuentro con un Golf TDI que lejos de ser un obstáculo, se convierte en un lazarillo que me marca el ritmo perfecto. Yo no conozco la carretera por lo que tener un coche delante que va a muy buen ritmo me ayuda a evitar sobresaltos. Hacemos juntos la bajada y al llegar a contactar con el río le adelanto para seguir mi propio ritmo.
La carretera continúa siendo igual de buena aunque ahora ya no hay pendiente (voy paralelo al río Araxes). A cambio si que voy encontrando pueblos y demás muestras de civilización.
El "paseo" está siendo un auténtico disfrute pero de repente, me encuentro con un semáforo que indica que la fiesta se acaba. Está en rojo, yo sigo emocionado y, al parar entre un camión y un coche de la TF1 (un canal de televisión francés) levanto la pantalla del casco para tomar aire y suena "A galopar" . ¡No me lo puedo creer!
Miró al coche... imposible, miro al camión... ¡alucinante! Un camionero barbudo y calvo con Paco Ibáñez sonando a todo trapo. Me mira y esboza una sonrisa amistosa. Transmite felicidad...

El semáforo se pone en verde, rompiendo la magia del momento. Arranco y tomo el desvío para la N-I que me llevará a Tolosa. Una vez allí, poco que contar. Sigo la N-I hasta Irún y cruzo a Hendaya para llegar a casa.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Mi primer marrón

Esta creo que será la ruta más corta que narraré en este blog pero posiblemente una de las más excitantes. La ruta tan sólo consta de unos 10 kilómetros (contando ida y vuelta) pero para mi ha sido muy especial...

¡Mis primeros kilómetros fuera del asfalto!


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Un martes por la mañana, salgo de trabajar, hace sol y me encuentro con ganas de hacer un poco el dominguero así que... ¡Allá voy!

Como mi experiencia en conducción off-road es simplemente inexistente decido buscar un camino conocido y en buen estado. La zona entre Sotes, Hornos de Moncalvillo y Navarrete la conozco de hacerla en bici y sé que combina algún tramo hormigonado con pistas más o menos buenas.

Había llovido unos días antes por lo que se mezclaban zonas arcillosas blandas con caminos llenos de gravilla secos.

Salgo del asfalto en la carretera que va hacia Hornos de Moncalvillo. Al principio el camino no queda claro si es asfalto muy deteriorado o camino algo asfaltado pero lo que si tiene es gravilla.
Entro despacio, con mucha precaución. Las sensaciones son muchas pero principalmente cautela. El camino está en bajada y con mucha gravilla hasta llegar a un riachuelo, donde empieza a subir y la gravilla desaparece. Hasta ahí todo sencillo ya que no hay prácticamente giros que es donde más "respeto" me da la gravilla (sin contar las frenadas).

Ahora el camino es el típico de viñas que todos aquí en La Rioja conocemos. Como hacía unos días había estado lloviendo, todavía estaba húmedo, con algún pequeño charco y roderas de otros vehículos que prácticamente estaban secas. Me convenzo a mi mismo de que no pasa nada y abro gas, tratando de anticipar la trayectoria a seguir evitando caer en roderas y zonas más húmedas.
Estoy puesto de pie sobre las estriberas para tener mejor control de la moto y ver lo que tengo bajo mi rueda delantera.
Este tramo no son más de 500 metros, tras los cuales hay una zona hormigonada. Paro un momento y hago un par de fotos a las ruedas. Parece que no estaba haciendo gran cosa pero las ruedas y el frontal de la quilla (no tengo la foto) dicen lo contrario.

Tras el hormigón, una recta en subida con más agua que el tramo anterior. Es corta y al final tiene una zona de barro que ocupa todo el ancho del camino. Lo bueno es que es corto y que justo acaba donde el camino se convierte en asfalto.
Decidido, acelero sin vacilar, manteniéndome de pie y lo supero sin ningún problema.
Acabo de entrar en una zona asfaltada que lleva al pueblo pero al poco tiempo, giro a la izquierda, orientándome hacia Navarrete.
Poco a poco el camino se va fundiendo con la tierra y las piedras hasta que desaparece por completo. Aquí el terreno está seco y podría rodarse rápido, cosa que no hago; es importante conocer tus límites. Definitivamente, una de las cosas que reconozco no dominar es cómo deben tomarse las curvas en caminos secos con mucha piedrilla suelta. Me da la sensación de que si giro el manillar se me va a ir la rueda delantera y si trato de inclinar la moto como en carretera se me van a ir las dos. Supongo que la experiencia me dará la respuesta...
El camino empieza a cambiar. Desaparece la gravilla, ahora es arcilla seca con roderas que voy evitando. A un lado tengo viñas y a mi izquierda, aunque no puedo verlo, tengo el pantano de Valbornedo.

El camino está cada vez más roto pero decido seguir adelante, le estoy cogiendo el gusto a lo marrón. Hago un giro a la izquierda y empiezo una bajada en bastante mal estado. Voy muy despacio y en primera para retener bien la moto. A los pocos metros, aparece un charco con mucha agua que ocupa todo el camino. Se ve con cierta profundidad y anchura así que decido lo más coherente: media vuelta.

Regreso por el mismo camino y, al igual que al venir, ruedo en marchas largas y casi siempre de pie sobre la moto. Prefiero llevar machar largas ya que así el puño es menos sensible a posibles errores que pueda cometer.


Soy consciente de que no ha sido gran cosa pero para mi ha resultado especial. Me queda mucho por aprender en carretera y todo en lo marrón pero poco a poco sé que esto irá a más. 
Me ha picado el gusanito ese que, como dice mi amigo Toño, sólo se siente fuera del asfalto. El off-road es especial y eso no puede negarse. 

Ahora sólo me queda seguir creciendo...

jueves, 22 de noviembre de 2012

Café del Moderador

Una tarde de lunes, los moderadores del foro "Desmotriumph" y ganas de salir a tomar un café. Con estos ingredientes no es de extrañar que saliese algo así:


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Una muy buena tarde: 80 kiómetros, dos cortados y un buen rato entre amigos. ¿Qué más se puede pedir?


La tarde no tenía precisamente un cielo azul intenso de esos que se ven en verano pero las ganas de moto no se frenan por cuatro nubes (al final no llovió pero eso no lo sabíamos todavía).

Allí estaba yo, en la gasolinera de siempre, en una tarde gris, muy gris...
De repente, como un coro navideño de voces graves (pandereta incluida), irrumpió el sonido de una moto que se acercaba. Todavía no podía verla pero bien seguro estaba de quién debía ser.
Al llegar, la gasolinera cambió por completo. Ya no parecía un día gris de otoño si no un febrero tinerfeño en pleno carnaval. El rojo Ducati acababa de salir a escena de la mano de Doc.
Su "nueva" moto de siempre lucía espectacular. Como una reina del baile en cualquier fiesta de graduación americana.
Tras llenar la barriga a la Ducati nos saludamos y decidimos dónde tomar café. Miramos al cielo y al reloj, sincronizamos ambos y propusimos destino, el Campo de Golf de Sojuela (Moncalvillo Green).

Salimos por la circunvalación de Logroño y tomamos dirección Burgos hasta la salida de Ventosa. Por esta carretera de doble carril circulamos tranquilos, paseando entre los coches.

Tomamos la salida de Ventosa. Yo iba delante, trazando cómodamente las curvas, hasta llegar a Hornos de Moncalvillo. Saliendo del pueblo hay un recta larga. Yo, iluso de mí, comienzo a acelerar mientras observo el paisaje y la Ermita del Cristo en plan dominguero. De repente, ¡una bala roja me pasa por la izquierda como si fuese un caza de guerra! Va a ser que la Ducati acelera...
A partir de ahí, creo que la palabra que mejor define la ruta es "PERSECUCIÓN".

Acelero más fuerte, tratando de convertir el punto rojo que se aleja rápidamente en la moto de Doc. Curva a la derecha y bajada a Daroca de Rioja. Cruzamos el pueblo y enfilamos el tramo de curvas que lleva hasta Medrano. Debo emplearme a fondo para tratar seguir el ritmo que marca la Ducati. Una gran moto con unas muy buenas manos que me sirven de aprendizaje y guía, aunque en la distancia.
Pasamos Sojuela y tomamos el desvío para subir a Moncalvillo Green. Un cortado humeante nos esperaba arriba.


Dos cortados acompañaron la conversación en la barra del bar (los monos Ducati no se llevan bien con las sillas). Evidentemente, hablamos de motos pero también del funcionamiento del foro, del cual estamos muy contentos. 

Se hacía tarde y las responsabilidades obligaban así que salimos del bar para volver a casa. Doc seguía delante y yo tras él. 

El ritmo de vuelta también fue alegre. Bajamos a Nalda para tomar la carretera que discurre paralela al río Iregua. Doc trazaba impecable y la V-Strom y yo hacíamos lo que podíamos por mantenernos detrás. Tras cada curva, estrujaba el puño del gas para no perder de vista a mi compañero. 
En este tipo de carretera con algunos baches la Suzuki se comporta muy bien. Las suspensiones, tragaban las irregularidades del asfalto con la misma bondad que lo hacía el mítico "Tragantúa" con los niños en San Mateo, ¡qué recuerdos de niñez! 

En éstas llegamos a Villamediana de Iregua, donde nuestros caminos se separaban. Doc se quedaba allí y yo continuaba mi ruta con un pequeño rodeo para volver a casa. Decidí tomármelo con calma, puse rumbo a Murillo de río Leza y desde allí a Agoncillo. La N-232 me llevó de vuelta a Logroño pasando por Bodegas Darien, cuyo edificio personalmente me parece precioso.

Imagen obtenida de http://www.bodegasdelogrono.com

sábado, 17 de noviembre de 2012

Codes - León Dormido - Herrera

Esa semana estaba prevista la vista de los amigos del "clubmotoristadaganzo" (aunque finalmente no pudo ser) y, con la idea de reconocer el terreno, decidí pasar la tarde dando una vuelta en moto. Avisé a Toño y Barbo, los dos únicos que pensé que podrían acompañarme pero no estaban disponibles así que me enfundé la ropa de la moto y me fui a disfrutar de esta pedazo de ruta que véis abajo con mi V-Strom.




La tarde estaba preciosa, soleada y sin viento. Hasta Viana nada que destacar, doble carril por la circunvalación y rectas hasta llegar al pueblo. La fiesta quedaba para después...

Entre Viana y Torres del Río la carretera tiene muy buen asfalto y muy buenas curvas aunque hay mucha raya continua y es fácil quedar detrás de un vehículo. Hay un punto a destacar en este tramo, el cruce de Bargota. Hay un cambio de rasante con curva a derechas que no te esperas y es muy fácil tener un susto. Yo iba buscando ese punto y aún así me sorprendió un poco al encontrarlo. Lo dicho, CUIDADO.

En Torres del Río cojo el desvío a hacía Espronceda y Aguilar de Codes. Carretera algo estrecha y con un asfalto no demasiado bueno pero que aún así me permite mantener un buen ritmo. 

Después de Aguilar de Codes tenía una duda que quería comprobar. No me gusta demasiado la bajada del León Dormido hacia Bernedo porque siempre está húmeda y además en esta época hay que sumarle las hojas caídas de los árboles. Con esta idea en la cabeza, tenía pensado probar la bajada de Aguilar de Codes a Cabredo para después llegar a Bernedo por la parte de abajo. Dicho y hecho, llegado al cruce de Lapoblación decido no cogerlo y bajar hacía Cabredo. La carretera es muy similar a la bajada del León Dormido y además menos bonita así que decido dar media vuelta y volver al cruce de antes para subir a Lapoblación. 

Empezaba a caer el sol y las vistas antes de cruzar el paso del León Dormido eran espectaculares, tanto que no puedo evitar parar a un lado de la carretera para tirar unas fotos que, aunque no hacen justicia a la realidad, al menos ayudan a imaginarla.



Cruzo el León Dormido entre las dos rocas y empiezo la bajada da Bernedo. Como suponía, carretera mojada y llena de hojas caídas. Eso sí, preciosa como siempre.

Entre Bernedo y Ventas de Armentia la carretera es, como díría el mismísimo Jesulín, im-presionante. Asfalto perfecto, carril ancho y buenas rectas mezcladas con curvas alucinantes. Destacar de entre todas ellas dos curvas que más que curvas son dos rotondas consecutivas, la primera de derechas y la segunda de izquierdas. Dos curvas de prácticamente 180 º para acabar en la misma dirección que veníamos. Ya bien entrada la noche llego a Ventas de Armentia y tomo el desvío hacia Herrera.

Llego al puerto tranquilamente y empiezo la bajada pensando en no pasarme la entrada al "Balcón de La Rioja". El desvío está nada más empezar la bajada y, aunque es de noche, consigo no pasarmelo. Las vistas desde allí, aún casi a oscuras, son espectaculares. Uno de los mejores lugares desde los que observar nuestra tierra, vestida por ese manto de viñas. Aunque en la foto no se ve casi nada, al fondo se distinguía la Sierra de la Demanda y el San Lorenzo.


Bajo el puerto de Herrera y justo al llegar al cruce de Laguardia decido tirar recto hacia Navaridas y Elciego. Esta carretera estaba en mal estado y, aunque tiene pocas curvas, había que ir con cuidado. Era de noche y había muchos pegotes de barro dejados por los tractores.

Elciego me saluda con su imponente y moderna bodega de Marqués de Riscal, la cual dejo a mi derecha para seguir la carretera hasta Lapuebla de la Barca. He de reconocer que esperaba que la carretera fuese como la anterior pero nada que ver. El asfalto estaba muy nuevo y en buen estado por lo que pude disfrutar de lo poco que me quedaba de ruta. De Lapuebla de la Barca volví a Logroño por Assa y ahí acabó la diversión.

Ciertamente, una gran tarde de moto...

jueves, 15 de noviembre de 2012

Ruta a Pau

Aunque hace un tiempo que hicimos la ruta todavía no me había puesto a comentarla así que allá voy.

Llega el fin de semana y no tenemos planes (cosa rara) así que nos ponemos a pensar en algo para llenar el sábado que tenemos limpio. No va a llover (cosa rara otra vez) así que el medio de transporte está claro, la V-Strom.

Tras un repaso a ciudades cercanas la decisión está tomada, nos vamos a Pau. La ciudad no es la más bonita de Francia pero tiene sus cosas.
Preparamos unos bocadillos de jamón serrano con tomate (vale que vivamos en Francia pero la tierra tira mucho) y a la carretera.

Este fue el trayecto.


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Salimos de Hendaya por la carretera de la Cornisa.
Este tramo de carretera es uno de los más bonitos que he hecho nunca en moto y tengo la enorme suerte de poder hacerlo muchísimas veces.
Bahía de Loia
Para quien no lo conozca, hablo de la carretera que une Hendaya con San Juan de Luz por la costa. Una carretera con muy buen asfalto y llena de curvas perfectamente trazadas que discurre por un paisaje idílico.
A la izquierda, a tan sólo unos metros de nosotros, la inmensidad del mar Cantábrico en su unión con el océano Atlántico; a la derecha, extensiones de verde hierba donde caballos, ovejas y vacas observan nuestro marchar. A espaldas de éstos, empiezan a divisarse las montañas prepirenaicas.
Supongo que es un lujo vivir en un sitio así y, aunque a veces la rutina de por obvia la belleza de este lugar, es obligación nuestra sentirnos afortunados por residir en un sitio tan especial.

Hasta Bayona subimos por la D810. Esta carretera nacional es bonita pero con un tráfico más que denso. Durante todo el año tiene tráfico pero en verano no tiene nada que envidiarle a la entrada de cualquier gran capital en plena operación retorno. Entre surfistas con sus furgonetas, residentes y turistas, la carretera queda colapsada, teniendo que aprovechar cualquier hueco que aparezca si no queremos convertir un trayecto de media hora en uno de hasta hora y media durante "operación zona de costa" de la que nunca habla la DGT.

Dejamos atrás Bayona y con ella los lugares que conocemos perfectamente para dirigirnos hacia Pau.
La carretera D74 o Route de l'ocean discurre junto al río Adur (l'Adour) por su margen derecho, siendo frontera natural entre los departamentos de Pirineos Atlánticos y Landas. Es una carretera con buen asfalto y  largas rectas donde se agradece el confort que ofrece la V-Strom.

- ¿Qué tal vas? ¿Contenta con el cambio de moto?
- En la gloria, la Bonnie me gustaba pero aquí, ¡aquí voy donde me digas! Esto es un trono.

Oír esto por el intercomunicador me sacó una sonrisa bajo el casco de esas que se recuerdan. Cualquier motero sabe de que sonrisa hablo...

Acercándonos a Peyrohade empezamos a sentir algo de hambre así que al llegar al pueblo decidimos parar en un supermercado a comprar algo de beber que acompañase a los suculentos bocatas que traíamos preparados de casa.

Tras la compra, pensamos que el aparcamiento de un supermercado no era el mejor lugar para comer así que buscamos un lugar agradable donde parar. Salimos del pueblo guiados por una señal que indicaba algún monumento y al final acabamos desviándonos por azar de nuestra ruta prevista. Gracias al azar pudimos parar a comer en Sorde-l'abbaye y cruzar después Salies de Béam, dos localidades que, cada una en su estilo, nos parecieron estar llenas de encanto.

La primera de ellas es un enclave en el Camino de Santiago francés, con una importante iglesia a orillas del río.
No se si el haberlo encontrado por azar influyó o si lo hizo el bocadillo de jamón en la mejor de las compañías pero la verdad es que me hechizó el lugar.
Aparcamos la moto frente a la iglesia y, al mirar a nuestro alrededor, pudimos apreciar que la vida del pueblo gira entorno a su iglesia y los peregrinos que pasan con la intención de llegar a la todavía lejana catedral de Santiago.
Entramos en la Iglesia, donde hay restos de lo que fue una calzada en tiempo de los romanos, y paseamos brevemente los aledaños.
Mientras María preparaba la "mesa" yo tiré unas fotos del exterior. Estaba encantado con el momento y el lugar en el que nos encontrábamos, feliz.
Nos comimos los bocadillos en un abrir y cerrar de ojos y decidimos continuar la ruta para que no se hiciese demasiado tarde. Prácticamente acabábamos de salir de casa y ya había pasado la hora de comer.


En lugar de dar media vuelta y retomar el camino que habíamos abandonado unos kilómetros atrás, pensamos que sería más interesante continuar esta nueva ruta y dejar que el navegador nos reencontrase cuando nosotros quisiéramos.
Así llegamos al segundo pueblo de los que comenté antes, Salies de Béam. Como llevábamos cierto retraso no paramos pero lo que pudimos ver del pueblo nos sorprendió. Queda como pendiente y algún día volveremos, posiblemente de camino a otro de los lugares a los que les debemos una visita, Tarbes.

Retomamos la ruta planeada antes de llegar a Orthez, donde finalmente cogimos la autopista hasta Pau. Dos pasajeros y velocidades un tanto alegres fueron más que suficiente para volver a remarcar las diferencias entre la V-Strom y nuestra anterior Bonneville T100. Ésta era preciosa pero para viajar no hay color, lo siento.

En Pau se nos hizo tarde y estábamos algo cansado así que la vuelta la hicimos por autopista con parada en Orthez para comer algo y visitarlo. Tras varios intentos que acababan en calles cortadas decidimos darlo por imposible así que nos fuimos a comer algo en las afueras.
De ahí, autopista hasta Hendaya que la noche ya se nos había echado encima. Vuelta sin incidencias salvo la lluvia, que también parece menos con la V-Strom.

Para acabar, una foto que me gusta; principalmente por lo que representa.


viernes, 5 de octubre de 2012

Venta de Goyo

Como estaba previsto y anunciado, el domingo 30 de Septiembre subimos a la Venta de Goyo a degustar un platito de caparrones.

Ya que subíamos solos nos lo tomamos con calma y aprovechamos la noche anterior.

Gasolinera del alto de la Grajera
A las 12:30 nos poníamos en marcha.
Como la pequeña tenía hambre tuvimos que pasarnos por la gasolinera del alto de la grajera para llenar el depósito.
Con el tanque lleno y viendo la hora que era, decidimos dirigimos hacia Tricio por la A12 para ganar algo de tiempo.
Tomamos la salida y enfilamos el camino a Anguiano. Destacar la cantidad de gente que había en Anguiano ya que a las 14 salían los famosos "Danzadores de Aguiano" y había incluso autobuses para verlos.
De Anguiano hasta el cruce del monasterio de Valvanera todo es disfrute, buena carretera y muuuuuchas curvas que, al haber trazado varias veces, me permiten ir un poco más alegre.

A partir del cruce del monasterio de Valvanera la carretera tiene bastantes piedras, piedritas y gravilla caída en los bordes de la carretera, una pena la verdad. Aún así me permití el lujo de adelantar un Audi TT RS negro mate (precioso)
Llegamos a la Venta de Goyo, aparcamos la moto y hacemos unas de fotos.
Piloto

Artillera

Terracita del bar (o el restaurante)

Después de aparcar entramos al bar con la idea de tomar algo y probar un platito de caparrones entre los dos ya que luego habíamos quedado para comer. Hasta aquí todo sencillo, ¿no? Pues resultó no ser tan fácil (y eso que días antes había llamado para asegurarme de que se podía tomar algo y comer un cacito de caparrones).
Entramos al bar, pedimos unos refrescos (como no me pagan no don nombres) y unos caparrones para compartir, una ración o como lo quiera llamar.
La conversación fue algo así:
- ¿Podría ponernos también unos pocos caparrones para probarlos?
- ¿Cómo?
- Un cuenquito o algo así. Es para probarlos nada más.
Me mira con pasotimo y me dice:
- Aquí no ponemos caparrones, eso tiene que ser en el restaurante.
- Ya, pero no queremos comer. Es sólo para probarlos. Llamé el otro día para comentaros que vendríamos con las motos y tomaríamos unos pocos. Me dijiste que no había problema.
- No se con quien hablaste pero los caparrones en el restaurante, abren en 10 minutos.

Esperamos un rato y pasamos al restaurante.
Cuando entramos no había nadie y alucinaron al decirles que sólo queríamos un plato de caparrones para compartir pero bueno, al final logramos explicarnos y pudimos comerlos.
Ahí van las pruebas.
Caparrones con guindilla

Le encantan los platos de cuchara

Yo pensaba que eran los mismos en el bar y en el restaurante pero la conclusión que sacamos es que no.

Total que con la barriga calentita y una sensación rara con respecto a la gestión del sitio nos fuimos bien contentos.
María saltaba y bailaba de alegría (y lo demuestro). Es un lujo compartir esta afición, y muchísimo más, con alguien tan alegre.

La vuelta fue tranquila y ya no pisamos la autovía.
En Anguiano la gente bajaba contenta de ver a los "Danzadores" aunque no tanto como nosotros...

Hasta aquí un ratito de moto para amenizar un domingo cualquiera.
Saludos

miércoles, 3 de octubre de 2012

Cumpleaños en Familia

Esta ruta la hicimos hace casi un mes pero como fue la primera que hicimos larga con la V-strom me hace ilusión que quede escrita.

Así medio de imprevisto, planeamos un fin de semana en el pueblo de mi tía, en la montaña Palentina con la excusa de que era el cumpleaños de mi prima.

María saldría desde Hendaya en el coche de unos amigos que también iban al pueblo y yo lo haría desde Logroño para encontrarnos en Burgos. La vuelta la haríamos los dos juntos hasta Hendaya en moto.
Esta fue la ruta que seguimos.



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Así hicimos. Yo salí de Logroño dirección Burgos por la autovía A12 hasta que muere un poco después de Nájera. Desde allí, carretera nacional hasta Burgos.
Hacía mucho calor y había bastantes camiones pero la carretera es buena y las ganas de conducir una moto casi nueva puedieron más. Pasé el puerto de La Pedraja sin ningún problema y pasado Burgos llegué al punto de encuentro para esperar a los demás.

María estrenaba ropa de moto (su regalo de cumpeaños) y aunque hacía calor no dudó en enfundarse los guantes (de invierno), el pantalón de cordura y la chaqueta. De ahí directamente al pueblo. A disfrutar del fin de semana.

La vuelta amenazaba tormenta, eran unos cuantos kilómetros y el cielo estaba más que negro. Valientes (tampoco había más opción) decidimos ponernos en marcha.

Desde el pueblo de mi tía hasta juntarnos con la nueva autovía Palencia-Santander el camino transcurre por una carretera, por llamarlo de alguna manera, estrecha y con el asfalto muy deteriorado. La V-strom se traga los baches que da gusto...

Pasado Aguilar de Campoo (pueblo conocido por sus fábricas de galletas) nos metemos en la N-627. A ambos lados de la carretera se ven cortinas de lluvia en el horizonte y hacia ellas nos dirigimos, a una o a otra según va girando la carretera.
Cambiamos de carretera para tomar camino a Poza de la sal pero no nos quitamos la amenaza de lluvia. Todo sigue negro a nuestro alrededor aunque todavía no nos mojamos. A falta de unos kilómetros para Poza de la sal nos caen cuatro gotas, coincidiendo con un puerto corto pero bien revirado en bajada con tramos de obras y gravilla en las curvas que lleva hasta el pueblo. Dadas las circustancias, precaución y ritmo muy tranquilo para evitar sustos.
Nos sorprendió el pueblo y sobre todo sus salinas. Yo no tenía ni idea de su existencia.

De poza de la sal y de nuevo sin lluvia pero con el cielo amenazante de toda la ruta llegamos hasta Pancorbo pasando por el cruce de Frías, donde se supone había estado esa mañana una parte del foro "Desmotriumph" . Poco más adelante de Pancorbo entramos en la autovía que lleva a Miranda y la abandonamos para no pagar peaje. En Miranda paramos a estirar un poco las piernas y hacer la única foto del viaje (la que véis).

Un poco más de ruta y empieza a hacer frío. Estamos en Vitoria y paramos en una gasolinera a ponerle los forros a las chaquetas. En Tolosa empieza a caer esa típica agüilla que parece más que lluvia niebla pero al final moja. Sin más incidentes llegamos a Hendaya bien caída la noche.

En conclusión, un gran finde con la familia y amigos y una buena ruta en la que tenemos que dar gracias por haber librado la lluvia. Lo que debió caer a ambos lados de las carreteras que fuimos tomando.

Saludos.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Ruta Habitual

Como primera ruta, quiero presentaros las rutas que realizaré prácticamente todas las semanas.

Opción A


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Opción B
 
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Unos cuantos kilómetros de ida y vuelta a realizar casi semanalmente...
  

Presentación

Aqui va la presentación en sociedad de la V-strom.

Todo empezó en un viaje a Madrid en el que "no paramos ni pa' mear". Entre el aire que chupamos ese viaje, ver que hacemos más de 12.000 km al año y que cada vez nos atrae más hacer viajes largos, empezó el run-run de cambiar a una moto que se adaptase mejor a nuestras necesidades.

Como estábamos encantados con la Bonniata no había ninguna prisa así que empecé a mirar bien todas las opciones.
Una trail era lo que mejor se adaptaba (una maxi-trail sería mejor aún pero la pela es la pela).

Probamos una Kawa Versys de la que no podemos hablar bien (no me gustó nada de nada), una F800 GS (prueba a medias, fue poca cosa. Eso si, la moto me pareció altísima), una V-strom del modelo anterior, dos Triumph Tiger 800 (una que me gusta), una Fazer 1000 y por último una V-strom 2012. Sin probarlas me plantee otras muchas, principalmente Bmw 1200 gs, Tiger Explorer, Ducati MTS pero a ninguna de ella llegaba por pasta.

Finalmente dude entre tres: Triumph Tiger 800 (salía mucho más cara, razón principal), GSX-F (la postura me gustaba menos así como su estética más deportiva) y V-strom 2012 (está es evidentemente la que elegí).

Una vez elegida la moto empecé la pelea de vender la Bonnie (ya me gustaría tener las dos) y la de sacar el mejor precio para la nueva.
En el último momento conseguí vender la Bonnie cuando ya tenía apalabrada la nueva en Madrid a si que la vendí y me cogí un autobús para subirme con la nueva.

En resumen, que al final la cosa me salió muy bien porque por poco dinero he cambiado la moto y la he equipado.

Ahora os pongo unas fotos y os cuento los extras que tiene:

En el concesionario

La primera vez que pisó tierras galas
 

Extras:

- Pantalla Touring, protector de puños.
- Caballete.
- Defensas de motor.
- Quilla.
- Adhesivo protector de deposito.
- Toma de mechero bajo el asiento y otra junto al marcador.
- Maletas laterales givi e41 con anclajes rápidos (se ponen y se quitan con tres tuercas).
- Baúl trasero givi maxia 3 de 55 litros con respado para acompañante.

Creo que no me he dejado ninguno...

Estas dos últimas fotos son del último día que vi a mi Bonnie. Ains...





Ahora toca disfrutarla y hacer muchos viajes.