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sábado, 1 de diciembre de 2012

Saliendo de la rutina

Este no iba a ser un martes más entre Logroño y Henaya. Tras unos días de lluvia, ese día lucía el sol. Estaba claro, era una señal. El otoño me brindaba la oportunidad de disfrutar de la carretera y yo no podía negarme. El origen y el destino estaban marcados así que no fue difícil elegir el trayecto:

Salida desde Logroño con dirección a Estella por la autovía. La intención era llegar hasta Estella para ganar algo de tiempo pero el cuerpo me pide marcha así que al llegar a Villamayor de Monjardín, le digo adiós al doble carril y tomo la salida.

El pueblo es muy curioso, siempre me fijo en él al pasar por la autovía y además tengo un grato recuerdo de cuando hice el Camino de Santiago. 
Desde allí hasta Estella la carretera discurre junto a la autovía.
Atravieso el núcleo urbano de este importante pueblo navarro y tomo la salida hacia el Valle de Yerri. 
La carretera no es mala aunque si estrecha y en ocasiones con curvas cerradas o en cambio de rasante. Al llegar a Muez, me encuentro justo al norte del Pantano de Alloz. Al ver la ruta pensé que vería el pantano puesto que pasaba muy cerca de él pero no fue así.

Un poco más adelante, otra sorpresa: Salinas de Oro.
El pueblo en sí no tiene nada que destacar pero justo al salir del mismo y pegadas a la carretera, te encuentras las salinas que supongo dan nombre al pueblo. Es curioso la cantidad de cosas que te encuentras simplemente con salirte de la autovía. Hemos ganado mucho, muchísimo en cuanto a seguridad y capacidad de desplazamiento; pero el precio que pagamos es perdernos todo lo que a su alrededor queda olvidado, esperando que alguien pase a despertarlo de su letargo.

Dejando las salinas atrás, comienzo a subir hacia el alto de Etxauri. Desde allí hay unas vistas preciosas de Pamplona y las montañas, con el río Arga a tus pies.





Bajo el puerto dirección a Pamplona hasta Ororbia, donde tomo la carretera que, prácticamente paralela al río, me llevará hasta Irurtzun.

Aquí la carretera es otra cosa, mejor asfalto, ancha y con curvas rápidas.

En su empeño por mantenerse junto al río pasa por lugares como el de la foto.
El tiempo se va echando encima por lo que al llegar a Irurtzun entro en la autovía para salirme en Lekumberri.

Tenía la intención de ir hasta el monasterio de "San Miguel de Aralar"  y volver pero no había buscado donde estaba exactamente. Pregunto a un hombre en el pueblo y  me dice que hay unos 17 kilómetros, los últimos de carretera "malísima". Que voy a tardar en ir y volver por lo que la noche se me va a echar encima.
Decido hacerle caso y cambio el plan: me desviaré a Tolosa ya que aunque se me haga de noche allí me da igual porque el resto es autovía.

Atravieso Lekumberri y al empezar la bajada que me llevará hasta el río Araxes me encuentro con una carretera que promete diversión. Asfalto perfecto, recién hecho y con curvas para aburrir. ¡Menuda gozada!

Comienzo a trazar las primeras curvas y me encuentro con un Golf TDI que lejos de ser un obstáculo, se convierte en un lazarillo que me marca el ritmo perfecto. Yo no conozco la carretera por lo que tener un coche delante que va a muy buen ritmo me ayuda a evitar sobresaltos. Hacemos juntos la bajada y al llegar a contactar con el río le adelanto para seguir mi propio ritmo.
La carretera continúa siendo igual de buena aunque ahora ya no hay pendiente (voy paralelo al río Araxes). A cambio si que voy encontrando pueblos y demás muestras de civilización.
El "paseo" está siendo un auténtico disfrute pero de repente, me encuentro con un semáforo que indica que la fiesta se acaba. Está en rojo, yo sigo emocionado y, al parar entre un camión y un coche de la TF1 (un canal de televisión francés) levanto la pantalla del casco para tomar aire y suena "A galopar" . ¡No me lo puedo creer!
Miró al coche... imposible, miro al camión... ¡alucinante! Un camionero barbudo y calvo con Paco Ibáñez sonando a todo trapo. Me mira y esboza una sonrisa amistosa. Transmite felicidad...

El semáforo se pone en verde, rompiendo la magia del momento. Arranco y tomo el desvío para la N-I que me llevará a Tolosa. Una vez allí, poco que contar. Sigo la N-I hasta Irún y cruzo a Hendaya para llegar a casa.