La tarde estaba preciosa, soleada y sin viento. Hasta Viana nada que destacar, doble carril por la circunvalación y rectas hasta llegar al pueblo. La fiesta quedaba para después...
Entre Viana y Torres del Río la carretera tiene muy buen asfalto y muy buenas curvas aunque hay mucha raya continua y es fácil quedar detrás de un vehículo. Hay un punto a destacar en este tramo, el cruce de Bargota. Hay un cambio de rasante con curva a derechas que no te esperas y es muy fácil tener un susto. Yo iba buscando ese punto y aún así me sorprendió un poco al encontrarlo. Lo dicho, CUIDADO.
En Torres del Río cojo el desvío a hacía Espronceda y Aguilar de Codes. Carretera algo estrecha y con un asfalto no demasiado bueno pero que aún así me permite mantener un buen ritmo.
Después de Aguilar de Codes tenía una duda que quería comprobar. No me gusta demasiado la bajada del León Dormido hacia Bernedo porque siempre está húmeda y además en esta época hay que sumarle las hojas caídas de los árboles. Con esta idea en la cabeza, tenía pensado probar la bajada de Aguilar de Codes a Cabredo para después llegar a Bernedo por la parte de abajo. Dicho y hecho, llegado al cruce de Lapoblación decido no cogerlo y bajar hacía Cabredo. La carretera es muy similar a la bajada del León Dormido y además menos bonita así que decido dar media vuelta y volver al cruce de antes para subir a Lapoblación.
Empezaba a caer el sol y las vistas antes de cruzar el paso del León Dormido eran espectaculares, tanto que no puedo evitar parar a un lado de la carretera para tirar unas fotos que, aunque no hacen justicia a la realidad, al menos ayudan a imaginarla.
Cruzo el León Dormido entre las dos rocas y empiezo la bajada da Bernedo. Como suponía, carretera mojada y llena de hojas caídas. Eso sí, preciosa como siempre.
Entre Bernedo y Ventas de Armentia la carretera es, como díría el mismísimo Jesulín, im-presionante. Asfalto perfecto, carril ancho y buenas rectas mezcladas con curvas alucinantes. Destacar de entre todas ellas dos curvas que más que curvas son dos rotondas consecutivas, la primera de derechas y la segunda de izquierdas. Dos curvas de prácticamente 180 º para acabar en la misma dirección que veníamos. Ya bien entrada la noche llego a Ventas de Armentia y tomo el desvío hacia Herrera.
Llego al puerto tranquilamente y empiezo la bajada pensando en no pasarme la entrada al "Balcón de La Rioja". El desvío está nada más empezar la bajada y, aunque es de noche, consigo no pasarmelo. Las vistas desde allí, aún casi a oscuras, son espectaculares. Uno de los mejores lugares desde los que observar nuestra tierra, vestida por ese manto de viñas. Aunque en la foto no se ve casi nada, al fondo se distinguía la Sierra de la Demanda y el San Lorenzo.
Bajo el puerto de Herrera y justo al llegar al cruce de Laguardia decido tirar recto hacia Navaridas y Elciego. Esta carretera estaba en mal estado y, aunque tiene pocas curvas, había que ir con cuidado. Era de noche y había muchos pegotes de barro dejados por los tractores.
Elciego me saluda con su imponente y moderna bodega de Marqués de Riscal, la cual dejo a mi derecha para seguir la carretera hasta Lapuebla de la Barca. He de reconocer que esperaba que la carretera fuese como la anterior pero nada que ver. El asfalto estaba muy nuevo y en buen estado por lo que pude disfrutar de lo poco que me quedaba de ruta. De Lapuebla de la Barca volví a Logroño por Assa y ahí acabó la diversión.
Ciertamente, una gran tarde de moto...




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